martes, 14 de junio de 2011

¿Vale la pena seguir viviendo?

Una periodista gringa estaba entrevistando a un hombre de unos 70 años, un inglés que había ido a una clínica privada en Suiza, dónde se asiste médicamente al suicidio.

Estoy cansado de vivir.

Eso dijo el hombre ante las impertinentes preguntas de la mujer que quería causar una reacción ante el hombre, que estaba totalmente determinado a dejar este mundo ese día.

El le explica con infinita paciencia, que su esposa murió, que sus hijos están grandes y cada uno con su vida, y aunque esté bien de salud y pueda vivir bien talvéz unos 15 años más, no desea respirar en este planeta para el día siguiente. La mujer necesita que el hombre llore, para que la cámara lo enfoque y pongan de fondo una muisquita de piano, para indicarle a los gordos gringos que deben hacer: AWWW!!! Juega su última carta.

- Usted sabe que dentro de unos minutos, sacarán su cuerpo en una bolsa negra de ese cuarto que está por ingresar.

Hay un pequeño crack en el rostro del señor, y la gringa salivando ve con horror que él se repone, se levanta y le da la mano, se despide de ella muy educadamente y entra al cuarto. Al final del documental, sale la camilla con el hombre dentro de la bolsa negra y la reportera se despide sintiendo que no le cumplió a su canal y al american way.

miércoles, 8 de junio de 2011

Inserte ¡PURA VIDA! en las siguiente oraciones

Le cortamos una pierna, pero la otra está ___________

Si se la meto________, si me la mete____________

___________, me fue______________

Terminamos, pero quedamos____________

Me cago en la muletica de____________
Cable, agridulce compañía

En unos de esos insomnios que me dan, recurro a la tele, la cagada de despertarte a las 4 de la mañana y ya no poderse dormir más.

Y en los canales hay reportajes de aspiradoras y cómo han cambiado la vida de innumerables y robustos gringos; el corsé que afina la cintura y el brassier que te deja las tetas como de repisa para la barbilla; una sartén maravillosa que asa pollos enteros, con sus verduritas. Algo más debe de haber en el Cinemax, ajá, un docudrama, y lo de drama no es que sea acerca de gais el tema, me lo echo desde la mitad, y sí, está interesante, salto a HBO y hay una peli del mayo francés en 1968, dos hermanos mellizos: ella y él guapisisímos, franceses y el otro chavalo un gringuito, se hacen inseparables, mientras París arde en las barricadas y los cocteles Molotov, la termino. Al 21 el CNN en español, y de pronto una voz con fuerte acento español:

Puesh que en este momento, she quema un hoshpital en San José de Costa Rica, aún no hay un número exacto de víctimas...

Paso al 6, muy nacional y están dando las tomas del hospital en llamas, un paciente con solo el pantalón de la piyama, descalzo, trata de bajar por una cuerda hecha de sábanas verde hospital, empiezo a darme cuenta del infierno de sirenas que se oyen desde afuera, y el drama intenso que están viviendo muchas personas en ese momento. Eso está sucediendo a escazas diez cuadras de mi apartamento y me tengo que enterar por una canal español, retramistido en Atlanta para el CNN, no me doy cuenta en el momento de lo aislado que estoy debido al insomnio y a la tonta sensación que al estar encerrado en mi depa estoy a salvo de las cosas malas que suceden en el mundo. Un romano feliz en el circo viendo morir a los gladiadores o cristianos, y que tiene el morbo de que nada le sucederá a él porque se ha salvado, inmortalizado por la desgracia ajena: un tonto feliz.

El zapping me dispara a un canal cristiano que me crispa casi desde el primer momento, todos vamos a ser parte de la leña en que arderemos en el infierno, homosexuales, impíos, prostitutas, ladrones, mentirosos y estafadores, todos en las misma pira por la eternidad. Hay una mujer en un escenario con la Biblia en su mano y un micrófono inlahámbrico, tiene todas las respuestas, es ocurrente y hace reir a su auditorio, obreros y oficinistas que quieren salvarse y no morir jamás. Oran con las manos en alto, lloran, cantan, ella los golpea en la frente y caen cuan largos son al suelo, han recibido el toque divino y el cáncer, o la infidelidad del cónyugue, el hijo en drogas, la hipoteca de la casa, todo se resuelve por la gracia de Dios, cómo quisiera creer, pero apreto un botón y me aleja años luz de la salvación.

En E los artistas cruzan como exhalaciones la alfombra roja y le dicen al comentarista que sus vestidos son de Galliano, Oscar de la Renta, Armani, Chanel. Están felices, la gente los adora, quieren ser como ellos, bellos, despreocupados, ricos y envidiados. Flashes por doquier, gente linda, asistentes, fotógrafos, limusinas y mucho poder.

Caigo al National Geographic y es una canal del apopcalypsis, el clima maleado por nosotros, los desastres naturales, los aviones se caen con cientos de personas dentro, los animales se extinguen a paletadas y los glaciares se derriten junto con los casquetes polares, no hay donde ir, burning down the house.

He dado varias vueltas, películas de los años treinta, la Garbo muriéndose de tisis; películas actuales, Bridget Jones feliz de ser amada por la manera que es; bombas; vampiros descuartizando gente; una pata de cerdo en el Food Chanel, jugosa y tierna; un hombre atendido en Emergencias, todo real, disparo en el pecho, por más que se esfuerzan muere en la mesa, está desnudo y lleno de tubos, hora de la muerte... Una casa de 2 millones de dólares y los nuevos ocupantes no tienen idea de cómo decorarla y los expertos de HGTV les dan los consejos salvadores, otra vez salvación, pero solo para ellos.

Infinito, la vida new age, como escrito el libreto por Paulo Cohelo, cristales de cuarzo y chacras abiertas ante el universo.

A las 6 de la mañana el extractor de la panadería del Automercado zumba puntual y así seguirá hasta las 6 de la tarde, y no sé por qué siempre me tranquiliza, apago la tele, las luces, me vuelvo a meter entre las sábanas con mis gatas, y voy poco a poco entonándome, hasta que me doy cuenta que soñé algo, o sea, me dormí al menos 5 minutos y ya el cerebro no puede engañarme, he vencido el insomnio, no sueño que estoy depierto, ahora sueño que estoy dormido.
Lo sagrado es profano

Casi todos sabemos que si estamos en una alegre mesa de tragos, en la que hombres y mujeres estamos compartiendo elíxires y buena comida y nos carcajeamos con los comentarios y chistes, sabemos muy bien, que incrustar temas de religión, futból o política, destruirá en un 100% la maravillosa armonía, - un poco ilusoria talvéz - , que nos había dado el alcohol.

He visto, como se apagan las sonrisas, se activan las miradas furtivas, se hacen grupos de alianza de inmediato para estar de acuerdo con el comentario o para hacer trinchera para derribarlo del todo. Hasta ahí, aún tenés una oportunidad de salvar la noche, al hacer un comentario totalmente fuera de lugar y provocar una risa general, te verán como el tontico ingenioso del grupo, pero de nuevo estaremos en la barca de la diversión colectiva, que empezó hace cientos de miles de años, cuando nos reuníamos a la seguridad y al amor de la fogata.

Si no sos suficientemente sagaz y pasa ese minuto que definirá el futuro del ágape, es casi imposible reparar el daño, nos volveremos otra vez islas, nos enconcharemos y será el momento de agarrar carteras, celulares, pagar cuentas y dispersarse.

Sentencia: La mesa de tragos es sagrada.

martes, 7 de junio de 2011



VIVIR CON GATAS

Tengo 50 años, vivo solo y tengo tres gatas, casi un cuento de Dickens.

Por suerte en este tiempo que me tocó vivir, el término solterón no aplica, ya no estás obligado a casarte y tener hijos para ser una buena persona y aunque talvéz nadie me tome la mano el día de mi muerte, puede ser casi seguro que haya una de mis gatas durmiendo en la cama ese día.

Voy a ir contando en este blog, la vida de cada una de mis gatas, de Kitty, Amelia y Chinchi, que espero sea tan entrenidas como cuando me las cuento a mí mismo, y me encuentro tan divertido y ameno.

Les cuento a mis amigos, que a veces en la madrugada estoy yo carcajeándome de las ocurrencias de estas tres bichitas que alegran mi vida, o como cuentan mis vecinos de arriba, que de pronto oyen un cristal romperse y mi voz gritando, ¡jueputas gatas, las voy a matar!!! Porque sí, el precio de que estén encerradas las 24 horas de su día en un apartamento en el medio de una ciudad, es que harán travesuras y romperán cosas, me ayudan con lo del feng chui que hay que estar moviendo las cosas.

Las tres duermen conmigo en mi cama, aunque ahora Amelia duerme debajo de la cama y Kitty a mis pies, pero a veces me despierto sofocado en la noche y es que la gata me corta la circulación de las piernas y la tiro al aire y a los 15 minutos lo mismo, y me trata de despertar en la mañana poniendo su nariz fría en mi cara y Chinchi de pronto decidió dormir en la mesa de noche y así empieza un nuevo día con ellas.

No lo planeé así, pero bueno, las circunstancias así fueron dándose, vivo con tres vírgenes a la fuerza, y yo un lujuriento retirado, y los cuatro habitamos una muy pequeña parte de este vasto universo, alejándonos elegantemente del origen del Big Bang, hacia un mar de nebulosas.