miércoles, 8 de junio de 2011

Lo sagrado es profano

Casi todos sabemos que si estamos en una alegre mesa de tragos, en la que hombres y mujeres estamos compartiendo elíxires y buena comida y nos carcajeamos con los comentarios y chistes, sabemos muy bien, que incrustar temas de religión, futból o política, destruirá en un 100% la maravillosa armonía, - un poco ilusoria talvéz - , que nos había dado el alcohol.

He visto, como se apagan las sonrisas, se activan las miradas furtivas, se hacen grupos de alianza de inmediato para estar de acuerdo con el comentario o para hacer trinchera para derribarlo del todo. Hasta ahí, aún tenés una oportunidad de salvar la noche, al hacer un comentario totalmente fuera de lugar y provocar una risa general, te verán como el tontico ingenioso del grupo, pero de nuevo estaremos en la barca de la diversión colectiva, que empezó hace cientos de miles de años, cuando nos reuníamos a la seguridad y al amor de la fogata.

Si no sos suficientemente sagaz y pasa ese minuto que definirá el futuro del ágape, es casi imposible reparar el daño, nos volveremos otra vez islas, nos enconcharemos y será el momento de agarrar carteras, celulares, pagar cuentas y dispersarse.

Sentencia: La mesa de tragos es sagrada.

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